Café y su historia

El café llegó a Brasil en 1727, más precisamente al norte del país, traído desde la Guayana Francesa. Ya en aquella época el mismo tenía un gran valor comercial.

Las condiciones climáticas de Brasil propiciaron que el cultivo de café se expandiese rápidamente en el territorio, sin embargo, inicialmente el cultivo era dirigido al mercado doméstico. En un corto espacio de tiempo, el café pasó de ser un producto secundario a la base de nuestra economía.

Mientras el cultivo de Café se expandía en Brasil, Haití, considerado en la época el principal país exportador del grano, se encontraba en guerra con Francia. De esta manera se inició la exportación brasileña de café, que con el tiempo se hizo más regular.

La economía cafetera aceleró el desarrollo de Brasil, generando relaciones de comercio internacional de gran importancia. El café ocupó regiones de valle y montaña, lo que resultó en la creación de centros urbanos en el interior de São Paulo, el sur de Minas Gerais y el norte de Paraná. El crecimiento de la cuidad y la producción de café, que requería ser transportada, obligaron a la construcción de ferrocarriles, lo que también impulsó el comercio de otras mercancías.

El café también atrajo inmigrantes, la clase media se expandió en ese período, hubo diversificación de inversiones y se intensificaron los movimientos culturales. De esta manera, el pueblo brasileño y el café estrecharon sus lazos.

A pesar de todo el conocimiento que se adquirió en relación al cultivo de café, hubo momentos difíciles y de crisis. A través del tiempo el mercado cafetero se organizó y las esperanzas en relación al mercado del café volvieron a crecer. En ese tiempo se produjo la búsqueda de regiones que fuesen ideales para el cultivo de café, las cuales actualmente se encuentran instaladas en los estados de São Paulo, Minas Gerais, Espirito Santo, Bahía y Rondônia.

Actualmente el café es uno de los productos más importantes entre los cultivos en Brasil. El país es el primer productor de granos y el segundo consumidor mundial del producto. Exportamos para grandes potencias como Estados Unidos, Japón y diversos países de Europa.

Aquellos que aprecian un buen café saben la diferencia que tiene el grano elegido en el sabor de la bebida. Existen dos tipos de granos que pueden usarse en la producción de café: Arábica y Robusta. Ambos presentan diversas variaciones, todas con aroma y sabor especiales.

Es original de Etiopía. La altitud del lugar en donde se cultiva el grano marca la diferencia en la calidad del café producido, es decir, cuanto más alto, mejor. En Brasil, los granos se cultivan a 1200 metros de altitud y presentan una excelente calidad. El café producido con este grano tiene un 50% menos de cafeína. Es ideal para la producción de bebidas gourmet.

Variedad de la planta arábica más popular en países extranjeros. Entre sus principales características se encuentran su textura achocolatada, acidez media y aroma fuerte. Bebida indicada para aquellos que prefieren un café con sabor dulce.

Cultivado en Hawái, donde el clima y el suelo de la región son ideales para la plantación del tipo Arábica, especialmente en áreas cercanas a los volcanes Mauna Loa y Hualalai. La bebida elaborada con granos de Kona es muy apreciada por aquellos que disfrutan un café gourmet.

Esta variedad de arábica debe sembrarse al menos a mil metros de altitud. Este tipo de grano, muy cultivado en Brasil, presenta acidez moderada y no requiere adición de azúcar.

Es un café suave, con notas aromáticas que recuerdan a frutas. Presenta sabor achocolatado y acidez media. Este café puede armonizarse con granos Bourbon, resultando en un café fuerte e intenso.

El café producido con este tipo de grano presenta más cafeína y es indicado para aquellos que prefieren bebidas fuertes y con gusto amargo. Originario de África occidental, es cultivado en diversos países, incluso en Brasil.

En función de su mayor resistencia a las plagas, es más económico cultivar este tipo de café. Se utiliza en los cafés instantáneos.

El café tuvo su origen en África, en las tierras altas de Etiopía (Kaffa y Ennarea).

El nombre café puede tener su origen en la región de Kaffa, siendo actualmente una de las bebidas más consumidas en el mundo.

El primer país en cultivar árboles de café fue Yemen, en el año 575. En aquella época los granos se consumían crudos. Para conservarlos, se los guardaba en potes con grasa animal.

La infusión del café se descubrió en el año 1000, convirtiéndose en una bebida. La misma era consumida con fines medicinales. La bebida tal como la conocemos hoy se registró en el año 1480.

Hasta el siglo XVII sólo los árabes producían cafés. Los alemanes, italianos y franceses intentaron producir el grano de varias maneras. Fueron los holandeses los primeros en lograr obtener plántulas de café. Estas plantas se encuentran guardadas hasta el día de hoy en el Jardín Botánico de Ámsterdam.

La diferencia entre las variedades Arábica y Robusta está en su ADN. Los cafés de variedades arábicas tienen 44 cromosomas mientras que los de variedades robustas tienen 22 cromosomas.

Brasil se convirtió en el mayor exportador de café en 1860, cuando produjo 26 millones de sacos.

El primer “Rey del Café” conocido en el mundo era de origen francés y nada menos que el padre de Santos Dumont. Todos los experimentos que Santos Dumont hizo con su avión 14-Bis se financiaron con la venta de café.

Los mayores productores de cafés en el mundo son: Brasil, Vietnam, Colombia y México. También se producen cafés en Hawái, Costa Rica, Guatemala, Jamaica, Etiopia (donde los árboles de café son vegetación nativa), Kenia, Yemen e Indonesia.

 

 

 

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